En SOZO Creemos esto

La Biblia es la palabra inspirada de Dios, una revelación de Dios al hombre, la palabra viva, infalible y siempre eficaz de Dios, y una guía sobre cómo debemos vivir que es mucho mejor incluso que nuestra conciencia o nuestra razón. Fue escrita por autores humanos bajo la guía sobrenatural del Espíritu Santo. Por haber sido inspirada por Dios, la Biblia es verdad, sin error y es completamente relevante para nuestra vida diaria.

2 Timoteo 3:15-17; Hebreos 4:12; 1 Pedro 1:23-25

La Trinidad se compone de 3 personas distintas - El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo - que son eternamente auto-existentes y auto-reveladas, y funcionan como una sola entidad. Dios ha existido en relación consigo mismo por toda la eternidad, lo que significa que las tres personas de la Trinidad -Padre, Hijo y Espíritu Santo- han existido por toda la eternidad. Aunque cada miembro de la Trinidad desempeña funciones diferentes, cada uno posee igual poder y autoridad.

Deut. 6:4; Isa. 61:1; Mat. 28:19; Mar. 1:9-11; Luc. 1:35; Jn. 5:21-23; 14:10, 16; Rom. 8:9-11; 1 Cor. 8:6; 2 Cor. 13:14; Heb. 1:8-10; Santiago 2:19

El Bautismo en el Espíritu Santo es un regalo gratuito de Dios que nos permite hablar en otras lenguas mientras el Espíritu nos da que decir, y es seguido por el poder de ser testigos de Cristo por la forma en que vivimos nuestras vidas y en como servimos a otros a nuestro alrededor. Dios capacito al creyente nacido de nuevo para orar perfectamente en el Espíritu, hablando en lenguas. Dios conoce nuestra necesidad, y orar en el Espíritu es perfecto para cualquier situación.

Hechos 2:4; 10:44-46; 19:1-7; Gálatas 5:16-26; 1 Corintios 4:15

El hombre fue creado para existir eternamente en su espíritu y su alma. Cuando muera físicamente, existirá ya sea eternamente separado de Dios por el pecado o en unión con Dios a través del perdón y la salvación, al hacer a Jesús Señor y Salvador de su vida. Creemos en la existencia del cielo y del infierno, creemos que la vida eterna es una relación con Dios durante nuestro tiempo en la tierra y creemos que nacemos con un propósito que podemos elegir desempeñar aquí en la tierra.

Juan 3:16, 36; Romanos 6:23; 1 Juan 2:25; 5:11-13; Apocalipsis 20:15

La sangre de Jesucristo, derramada en la cruz, proporciona el único camino de salvación mediante el perdón de los pecados. La salvación se produce cuando las personas ponen su fe en la vida, la muerte y resurrección de Cristo como pago suficiente por su salvación y lo convierten en Señor de sus vidas. La salvación es un don de Dios y no puede ganarse con nuestros propios esfuerzos.

Isa. 1:18; 53:5-6; 55:7; 2 Jn. 1:12; 3:16, 36; 5:24; Hech. 2:21; 4:12; 16:30-31; Rom. 1:16-18; 3:23-25;5: 8-10; 6; 1 Cor. 1:18; 2 Cor. 5:17-20; Gál. 2:20; 3:13; Efe. 2:8-10; Fil. 2:12-13; Heb. 9:24-28; Apoc. 3:20; Rom. 10:9

La Iglesia es el vehículo elegido por Dios para llegar al mundo. Es un cuerpo de creyentes unidos por la fe en Cristo. Está comprometida con las enseñanzas de Cristo y la obediencia a todos sus mandamientos, está comprometida a llevar el Evangelio al mundo y a hacer discípulos. La Iglesia trabaja junta en amor y unidad, con el propósito final de glorificar a Cristo.

Mateo 16:18-19; 18:15-20; Hechos 2:41-47; 5:11-14; 13:1-3; 14:23; 16:5; 20:28; 1 Corintios 7:17; 9:13-14; 12; Efesios 1:22-23; 2:19-22; 3:10-12; 5:22-32; Colosenses 1:18; 3:15; 1 Timoteo 4:14; 1 Pedro 5:1-4; Apocalipsis 21:2-3.

Las Escrituras ordenan el bautismo por inmersión. El bautismo es una declaración pública de nuestra fe. Declara al mundo que hemos muerto con Cristo y que también hemos resucitado con Él para andar en novedad de vida.

Mateo 28:19; Marcos 16:16; Hechos 10:47-48; Romanos 6:4

No se trata del pan y el vino: se trata del cuerpo y la sangre de Jesús. La comunión no es una obligación, sino una celebración, consiste en los elementos, el pan y el vino/jugo. Es un símbolo que expresa nuestra participación en la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo, un memorial de lo que logró para nosotros en la cruz, y una profecía de su segunda venida. La comunión nos remite siempre a la victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado.

2 Pedro 1:4; 1 Corintios 11:26, 28

La Iglesia solo celebrará matrimonios entre un hombre y una mujer. Dios instituyó el matrimonio entre varón y mujer como fundamento de la familia, estructura básica de la sociedad humana.

Dios ha ordenado que no se realice ninguna actividad sexual íntima fuera del contexto del matrimonio entre un hombre y una mujer. Dios ha creado maravillosa e inmutablemente a cada persona como varón o mujer. Estos dos géneros distintos y complementarios reflejan conjuntamente la imagen y la naturaleza de Dios. El sexo biológico y la identidad de género se determinan permanentemente en el nacimiento.

Génesis 1:26-27, 2:24, 19:5, 26:8-11; Levítico 18:1-30; Romanos 1:26-29; 1 Corintios 5:1, 6:9; 1 Tesalonicenses 4:1-8; Hebreos 13:4