Entra la duda, sale la fe

Mateo 14:30 'Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!'

La razón por la que Pedro empezó a hundirse fue por su miedo. En el versículo 31 Jesús usó la palabra "duda" en referencia al miedo de Pedro. El miedo es simplemente fe negativa o fe al revés. ¿De dónde vino este miedo? 2Timoteo 1:7 dice: 'Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio'. El miedo no vino de Dios. Este temor pudo entrar porque él quitó su atención de Jesús y la puso en su situación.

El miedo o la duda no pueden 'simplemente vencernos'. Tenemos que dejarlos entrar. Si Pedro hubiera mantenido su atención en Jesús, el autor y consumador de su fe (Heb. 12:2), no habría temido. De la misma manera que la fe viene por oír la Palabra de Dios (Rom. 10:17), el temor viene por oír o ver algo contrario a la Palabra de Dios. No seríamos tentados con temor o duda si no consideráramos las cosas que Satanás usa para ministrar temor y duda.

El viento y las olas realmente no tenían nada que ver con Pedro caminando sobre el agua. Él no hubiera podido caminar sobre el agua aun si el clima o las olas hubieran estado tranquilos. Las circunstancias simplemente desviaron la atención de Pedro de su Maestro y lo llevaron de nuevo al pensamiento carnal. De la misma manera, Satanás trata de distraernos pensando en nuestros problemas.

La fe de Pedro no le falló de golpe, como demuestra el hecho de que solo "empezó" a hundirse. Si no hubiera tenido fe, se habría hundido de golpe y no poco a poco. Esto ilustra que la entrada del miedo y la salida de la fe no se producen instantáneamente. Siempre hay señales de que esto está ocurriendo. Si volvemos nuestra atención a Jesús, como hizo Pedro, Él nos salvará de ahogarnos. Ningún problema es demasiado grande para Dios. Debemos vaciar nuestra preocupación por el problema en Dios y solo mantener nuestros ojos en Jesús, la Palabra.

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